Sus colores, olores y sabores; son exquisitos, impregnan nuestros sentidos con cada platillo. Especies, ollas, barro, fogón, maíz,; un sin de aromas y texturas por probar, la creatividad y laboriosidad al máximo. No es complicado saber de que se esta hablando. Efectivamente de la cocina poblana. Llena de historias, secretos y sabores. En sus imágenes nos muestra el arduo trabajo y dedicación de las cocinaras para agradar el paladar de sus comensales. Platillos que se preparan con semanas de anticipación. Especies que se conjugan para dar paso a nuevos sabores. El metate, el molcajete; instrumentos tan sencillos, pero que en ellos guardan arduo trabajo y dedicación.
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